Hoy vuelvo con una receta que tenía de mi época en la que buscaba cómo hacer hojaldre, cruasanes y demás bollería con masa hojaldrada.
No puedo quejarme del resultado, aunque he tomado nota de algunas cosas que puedo hacer mejor. Ya las iré comentando a medida que se vayan presentando en la receta.
Vamos allá, que me gusta mucho enrollarme, como a estas napolitanas...
Los ingredientes que vamos a usar son los siguientes:
Para la masa:
- 200gr. de harina de fuerza
- 6gr. de levadura de panadería
- 20gr. de azúcar
- 22gr. de mantequilla (a temperatura ambiente)
- 110ml. de leche
- 4gr. de sal
- 8ml. de esencia de vainilla
- 100gr de mantequilla para hojaldrar.
Para el relleno:
- 200gr. de chocolate de cobertura
- 25gr. de mantequilla
Para pintar:
- 1 yema de huevo
- jarabe de azúcar (2 cucharadas rasas de azúcar blanco y una de agua)
Lleva un poco de trabajo pero el resultado es muy bueno.
En un cuenco mezclamos la harina, la sal y el azúcar. Hacemos un hueco y echamos la leche tibia en la que habremos diluido la levadura y la esencia de vainilla. Mezclamos todo y añadimos la mantequilla, amasando hasta conseguir una masa fina, que no se pegue en las manos. Se puede añadir algo de harina si le hace falta. Hacemos una bola, la metemos en film transparente y lo dejamos en la nevera unas horas. Yo lo dejé toda la noche.
Sacamos la masa de la nevera y la dejamos unos minutos para que pierda la rigidez, se temple y sea fácilmente manejable.
Estiramos sobre una superficie enharinada hasta que quede de un grosor de medio cm. aproximadamente. Hay que procurar que tenga una forma lo más rectangular posible, ya que así los pliegues y la distribución de la mantequilla en las diferentes capas será más homogénea. Es el momento de extender la mantequilla, que habremos ablandado con las manos hasta que haya quedado como una pomada espesa, en 2/3 de la masa.
Doblamos en tres partes, la parte sin mantequilla primero, de forma que quede entre las dos capas de masa con mantequilla. Giramos el rectángulo 90º y doblamos de nuevo de la misma manera, un tercio sobre el otro, quedando un "paquete" cuadrado. Envolvemos en plástico otra vez y lo llevamos a la nevera una hora, al menos. Repetimos esta operación 2 veces más. Cuando haya reposado por última vez en la nevera, empezamos a darle forma.
Extendemos la masa sobre la encimera enharinada y cortamos rectángulos del tamaño que queramos (yo los hice pequeños, mirando el tamaño de la pastilla de chocolate) Aquí voy a recomendar una variación. La receta decía que se usara "chocolate para rellenar" y yo usé directamente las pastillas, con lo que el resultado, una vez frío, es que el relleno queda duro. Lo mejor es fundir el chocolate con algo de mantequilla para conseguir que el chocolate quede más cremoso al enfriarse. Por eso he añadido la mantequilla en los ingredientes para el relleno.
Sigo: una vez cortada la masa, ponemos el relleno y la enrollamos dejando el doblez hacia abajo, colocándola en una bandeja con papel de hornear. Otro fallo que cometí y que corregiré en la siguiente ocasión es que puse las piezas en el horno, para que subieran más rápido, a unos 50ºC. Lo mejor, creo, es que esté apagado. Tardarán más en subir, pero no soltarán la mantequilla de hojaldrar sobre la bandeja ni hará que la masa quede como un bollo.
Una vez hayan levado lo suficiente (doblado su volumen) se sacan del horno y se calienta éste a 200ºC. Justo antes de meter la bandeja, pintamos las napolitanas con la yema batida, la ponemos en la parte media, bajamos a 180ºC con calor arriba y abajo. Esperamos hasta que quede de un delicioso tono dorado. Inmediatamente después de sacarlas, las pintamos de nuevo, pero con la mezcla de azúcar y agua, que les va a dar un brillo y un toque dulce ¡¡ESPECTACULAR!!
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